Es una entidad omnipresente en los árboles familiares, es la parte del arroz que se quema en la olla se mides mal el tiempo, de la que nadie quiere saber, el solo hecho de aparecerse en pensamientos suele causar disgusto o -en el mejor de los casos- una gélida indifernecia. No hablo de otra cosa sino de la infamosísima tía solterona.

Una mujer que por lo general ha tenido muy malas pasadas con los integrantes del sexo opuesto, que empieza a desarrollar síntomas como emociones extremadamente cerradas, un comportamiento bastante uraño con cualquier persona ajena a la familia, y en especial a tener una idología fuertemente misandrista (misandrismo: odio a los hombres, el opuesto de la misoginia) dado que culpan a los hombres de todos los problemas en sus vidas, y por último una depresión crónica que solamente se agrava dibujando espiral decayente que cada vez acelera más.

Pero no es fácil llegar a portar este estatus, tal como otros tantos títulos sociales (ricachón, desgraciado, hijo de p***, entre otros) requiere de esfuerzo más que de circunstancias, es como esculpir tu cuerpo haciendo ejercicios, pero esta vez moldearás tu situación con tus acciones, preceptos y pensamientos.

Sin embargo, tal cual como bajar de peso no es cuestión de solamente dejar de tomarse dos botellas de 8 litros de coca cola en el almuerzo, volverse "Tía insoportable y amargada solterona" puede presentar un desafío. Para lo primero existen manuales, entrenadores profesionales, instituciones para que se dediquen a tal trabajo, pero ¿Dónde quedan aquellas mujeres que desean pasar el resto de sus existencias mortales junto a 72 gatos? En el absoluto abandono.

Y así se quedó, hasta un día que me encontraba cenando comida rápida junto a unas amigas a las que recientemente no les ha ido bien en sus relaciones, cuando de entre esas conversaciones simplonas, el sonido clásico del masticar retumbando dentro del propio cráneo y las salsas subriendo la comida, surge su tema de conversación favorito: hombres.

Esa fue mi señal para tomar las medidas de siempre, concentrarme en mi comida, degustarla con el mismo detenimiento de un catador profesional, bocado por bocado. Pero esa noche algo iba mal, ya no me quedaba prácticamente nada qué comer, me había terminado ya casi todo, si a penas quedaban un par de papas fritas solitarias con salpicaduras de salsa tártara sobre mi plato, y lo que se supone antes era un refresco, ahora diluido por el clásico medio vaso de hielo que le ponen para abaratar costos y arruinarte la bebida.

Todo fue empeorando a partir de ese momento, mis teléfonos tenían la batería prácticamente muerta al mismo tiempo, como una malévola coincidencia por parte del grandísimo niño bastardo que es la ley de murphy, en mi desesperación intenté centrar mi atención en un reloj que había en el restaurante, sólo para darme cuenta a los pocos segundos que no tenía batería, ya sin esperanzas y algo deprimido me dispuse a hacer algo que en mi sano juicio y otras circustancias haría: Escuchar una de esas conversaciones simplonas que giran en torno a otras personas.

Los minutos pasaron con una lentitud extraordinaria, la teoría de la relatividad del espacio tiempo de Einstein me estaba azotando sin piedad, mientras cada segundo parecía volverse más lento que el anterior, el mundo entero empezaba a congelarse, pero mis "amigas" (porque para ese momento me estaba preguntando cómo fue que hice amistad con ellas) hablaban cada vez más rápido. Los antiguos recuerdos en desuso volvieron a la luz, mientras recordaba muchas otras conversaciones de esa índole que llegué a captar en algún momento mientras era niño.

Así de las memorias surgieron los análisis, de los análisis las convulsiones mentales que dieron nacimiento a una gran idea, en ese mismo momento me incorporé y me dispuse a pagar por todo -que originalmente no era la idea-, dado que preferia un dolor de bolsillo a seguirme arriesgando a que me diera embolia o me surgiera una hemorragia espantosa en los oídos. Y acá estoy yo, al día siguiente, listo para publicarles el manual que ayudará a muchas mujeres jóvenes a tener la vida que tanto desean.

Gran manual de la Tía Solterona que nadie quiere
Por Shamriel Illuznari, alias la persona a la que tu opinión no le interesa


Este manual es el camino más efectivo conocido en la actualidad para que una mujer, por simpática, agradable o atractiva que sea pueda dedicar el resto de su vida a cuidar gatos con absoluta tranquilidad, sin que ningún miembro indeseado del sexo opuesto, o una absurda relación de pareja les interrumpan.

El manual está certificado por las siguientes asociaciones:

- Asociación de Brujas Urbanísticas Venezolanas (ASOBRUJA).
- Federación de Señoras con Muchos Gatos.
- Organización en contra de los derechos de los hombres.
- Fundación para promover el matrimonio.
- Confederación de Tías Unidas para Arruinar Reuniones Familiares.
- Criticonas Anónimas que no buscan curación.
- Radio-Chisme 102.30 FM
- United Creepy Catladies Organization (UCCO - Sí señores, hasta los gringos lo aprueban).
- Todas las demás páginas en facebook que se dedican a desprestigiar a los miembros del sexo masculino, que luchan por causas como aprobar impuestos para los solteros para así obligarlos a casarse, y demás motivos con el mismo enanismo mental.

El manual consta de unos sencillos pasos, que se han demostrado infalibles a lo largo del tiempo para convertirte en la tía de la que yo no quiero saber (y si es mi amiga, lo único que quiero de ella es de la invitación al funeral).

1. Llénate de Expectativas: Este es el paso más importante, el que traza la línea entre el éxito y el fracaso, es tu piedra angular, tu antorcha olímpica, bandera y estandarte, las expectativas. Tienes que trazarte metas de un hombre ideal, el hombre perfecto, guapo, con un cuerpo escultural, con mucho dinero, que no beba, que no mire a otras mujeres, centrado en casarse y formar una familia, que no sepa decirte que no, que no anteponga sus deseos a los tuyos. Y todo hombre que no cuadre en esa plantilla, deberás descartarlo de inmediato, ni mirarlo ni darle una oportunidad. Y así, mientras se te vayan apareciendo candidatos, los irás eliminando, hasta que con algunos que puedan medio satisfacer la plantilla les des una oportunidad, para que procedas a enamorarte es de la expectativa que formaste, amarás a la idea que tienes de él, a una ilusión que tú misma crearás, así destinando la relación a un final catástrofico que te preparará mentalmente a ser una señora con muchos gatos.

2. Matrimonio, matrimonio y más matrimonio: Esa debe ser tu meta, si alguien llega a esquivar tu plantilla, si te llegas a topar a uno lo suficientemente astuto o que cumpla suficientes requisitos, debes sacar a flote el tema del matrimonio de una vez. Que sueñas con una ceremonia de determinada religión, que quieres tener tantos hijos y cómo quieres que se llame cada uno. Eso está garantizado para espantar a prácticamente el 95% de los hombres.

3. Te quiero pero no lo demuestro: Para lograr matar hasta al más tenaz, no muestres absolutamente nada que sientas por él, vuélvete un huevo sin sal, una gelatina sin azúcar, un helado sin sabor. Insípida, fría, inexpresiva y desinteresada, así lograrás que jamás surja nada.

4. La culpa es de él: Este paso debes aplicarlo con tus amigas, dedicarte a conversar acerca de cualquier hombre con el que te hayas topado, sacar a relucir todos sus defectos (e inventarle unos cuantos más), para finalmente culparlo de todos tus problemas, antes de cerrar con la frase cliché "Todos los hombres son iguales" (Claro, porque estás buscando a exactamente el mismo tipo de hombre perfecto, todos tendrán que ser iguales).

5. Págala con los que no tienen que ver: ¿Tienes un hermano? Págala con él ¿Tienes sobrinos? Págala con ellos, diles la clase de basura que son por ser hombres, que sólo piensan con sus genitales y que no tienen visión del futuro, además de odiar a sus padres porque ellos sí lograron ser felices ¿Tienes amigos? Cuéntales todos tus problemas, para luego culparlos de ellos como hombres que son, y luego moléstate con ellos porque no les interesan tus cuentos de arpía frustrada en la vida.

Y en cinco pasos ¡voilà! ya eres la infame señora de los gatos, la que arruinará toda reunión familiar por haber, la que los sobrinos odiarán, que se quedará sin más amistades que otras viejas frustradas de sus vidas, y finalmente morirá sola, ahogada en miseria, con un montón de gatos que terminarán siendo relleno de lumpias y hamburguesas.

Comentarios del autor:
Cualquier parecido con la realidad es pura y mera coincidencia.

Si algo de lo que dije te ofendió, házmelo saber para volver a insistir con lo mismo, con mucha más fuerza, acidez e irrespeto que antes.

Si por lo anteriormente mencionado tienes algo que decirme sobre mi, quedátelo para tí, dado que no me interesa saber qué piensas.


Por último, le recuerdo a los caballeros de la audencia que pueden aplicar algo muy similar para ser forever alone, el viejo amargado que apunta con una escopeta a quien entre a su propiedad. En un futuro publico el manual.