"Más vale solo que mal acompañado"
Antes de continuar, es necesario hacer un paréntesis, mientras cierro mis puños y vocifero a los cielos: ¿POR QUÉ COÑO LA GENTE NO HACE CASO?Pocas veces apoyo la idea de la obediencia, comenzando porque sostengo que "autoridad" y "ridículo" son sinónimos no reconocidos en los diccionarios, sin embargo, -como en todo en la vida- hay excepciones, y esta es una en la que mi propia filosofía tiene que echarse a un lado y apoyar a un decir ancestrar incodicionalmente.
Una moda muy antigua en nosotros los seres humanos es el acoplarnos a relaciones de pareja dañinas, nos aferramos a una pésima esposa o un pésimo marido, intentando llevarlo con una sonrisa en el rostro frente a nuestros conocidos y amigos, y muy en el fondo deseando tener cáncer en los pulmones que el anillo de matrimonio en el dedo.
A veces es culpa de una de las personas, a veces es culpa de ambos, a veces no es culpa de nadie, pero no quita el hecho: eso no sirve, es una ensalada de frutas podridas, un frasco de perfume vacío que intentaste llenarlo con orina en su lugar.
Así que ¿Cómo hacer? ¿Cómo nos libramos de eso sin parecer nosotros los malos del cuento? Adelanto que posiblemente no haya una manera exacta y absoluta, es como bajar de peso, algunas cosas funcionan para unos y para otros no.
El mayor secreto está en esas cosas que todo el mundo cree que está haciendo bien, pero que en realidad está haciendo mal, cuando le cuentas a tus amigos de tu relación -que no les interesa-, e intentan apoyarte teniendo en el pecho las brutales y abominables ganas de golpearte en la cabeza con sartén hasta dejarlo deformado. Si ninguno de estos métodos funciona, es que tu pareja debe ser ella:
(O su versión masculina, sí también existe overly attached boyfriend.)
Así que sin más preámbulos, prepárate para ser libre de esa enfermedad crónica que es tu pareja, para que pronto puedas respirar nuevamente libertad, el placer de la elección.
¿Qué creías? ¿Que esto no espanta a la gente? Puede que en sus versiones light anualizadas no, pero cuando empiezas a llevar el conteo mensual, semanal o -Dios se apiade de quién le toque un noviazgo así- diario.
"Pedrito eres mi vida, mi corazón y mi amor, ¡3 años contigo! ♥"
"Antonieta 38 meses contigo, gracias por ser parte de mi vida - Antonieta y Clodomiro por siempre".
¿Sigue sin funcionar? Lleva la maldad al extremo de lo incodicional, a donde nisiquiera los más fanáticos se atreverían a llegar, conviértelo en una tortura insufrible.
— Mi amor ¿qué me vas a regalar?
— ¿Regalar de qué?
— Hace 725 días tuvimos sexo por primera vez, aún conservo ese condón en la nevera ¿Cómo pudiste olvidarlo?
Pero este método es muy lento, a veces hace falta ser más directo, más ácido, más cortante, necesitas...
2. Pelear por todo.
Certificado desde el surgimiento de las relaciones humanas, si peleas por todo, te vas a quedar sin nada, tus amigos se obstinarán de ti, tu familia secretamente deseará tu muerte, y tu pareja va a empezar a considerar irse BIEN lejos.
Ejemplo 1:
— Jesús, por favor no dejes el asiento del inodoro levantado.
— ¿Pero por qué yo? ¿Acaso es un crimen que yo tenga pene? ¿Acaso no puedes bajarlo tú? Todo tengo que ser siempre yo, siempre es la misma vaina tú quejándote por todo.
Ejemplo 2:
— Mi amor ¿Cuándo compraste medias nuevas?
— Hace un par de días en el mercado, estaban a mitad de precio ¿Por qué?
— Claro, y para sacarme a mi pasear nunca hay plata, porque te la gastas toda llevando a esas zorras de tus amigas a comer, al cine, les compras de todo, ¡y a mi si acaso un regalo una vez al año por mi cumpleaños!
Una relación mantenida así estará condenada a tener una vida muy corta, a menos que haya un masoquista entre los dos.
3. Súper celopatía.
Dicen que quien no cela no quiere, como un supuesto saber popular que seguramente fue inventada por alguna quinceañera obtusa tras haber leído alguna novela de tercera categoría. Los celos son un reflejo del miedo a estar solo y la inseguridad con uno mismo, un mecanismo para mantenerse aferrado a una persona porque la sola idea de estar sin quién decirle que es novio/a causa pavor.
Y no hay nada mejor que una generosa cantidad de celos para echar a peder hasta la más bonita y estable de las relaciones:
"¡No vas a estar yendo solo al baño, seguro es para hacerte la paja con la foto de una que no soy yo!"
"¿Quién es 'hermanita' y por qué te anda llamando por un diminutivo de tu nombre?"
"¿Cómo que vas a ir a la peluquería con tus amigas? ¿Allá donde está peluquero donde todas quieren ir? Nada de eso, te corto yo el pelo."
Como último recurso, puedes hacer esto en combo con..."¿Quién es 'hermanita' y por qué te anda llamando por un diminutivo de tu nombre?"
"¿Cómo que vas a ir a la peluquería con tus amigas? ¿Allá donde está peluquero donde todas quieren ir? Nada de eso, te corto yo el pelo."
4. El apego absurdo.
¿Comer en platos separados? ¿Por qué?
¿Para qué usar un teléfono cada uno?
¿Por qué deberíamos estar usando ropa interior diferente?
Es un método de altísimo riesgo, puesto que puede generar el opuesto contrario al deseado.