Pues jó*ete
(En realidad ya lo estás)

Mentiras, mentiras y más mentiras. Qué horrible es sentirse engañado, traicionado, utilizado como un vulgar juguete ¿Verdad? ¿Por qué a otras personas les gusta distorsionar la realidad con sus palabras, en pos de salir beneficiados y haciéndonos daño a la larga? Y pare de contar los lamentos impregnados de sollozos que arman aquellos que descubren que les mintieron.

A toda esa gente, que vive peleando por cualquier mentirita, intentando purgar su círculo de amistades buscando dejar solamente a personas sinceras, les tengo una pregunta que deben responder con toda esa balurda honestidad de la que tanto hablan ¿De qué c*ño se están quejando?

No se vale decir "que me digan mentiras", analiza bien, usa las neuronas un poco para que se alivien de todas esas idioteces que circulan por los medios de comunicación -en el caso que seas audiencia de alguna de ellas- (Aló Presidente, Laura en América, las telenovelas en general, toda la programación de los canales religiosos) ¿Exactamente por qué te quejas de que te mientan?

Originalmente publicado por Reina del drama
Porque me engañan ='(
Eres un caso perdido, voy a hacerte otra pregunta ¿Qué diferencia hay entre que alguien te mienta acerca de dónde estaba anoche y el cuento que te decían tus padres del niño Jesús/Santa Claus? ¿Ya entiendes a donde quiero llegar?

¿Cuál es el p*to drama sin sentido en torno a las mentiras? ¿Se les olvidó que los primeros mentirosos fueron sus padres? Mamá y papá te dicen del niño Jesús, del ratón Pérez, te meten religiones en la cabeza, te dicen que eres lo máximo y que eres especial (al igual que todos los demás niños del mundo).

Comenzando por los padres, pasando por los maestros, girando en torno a los amigos, reluciendo dentro de la familia, siendo las herramientas de tus jefes y emergiendo impetuosas en las relaciones de pareja, las mentiras son parte de la vida en sociedad humana, porque sencillamente la sociedad humana en si misma es una abominable amalgama de falacias.

Desde pequeños nos viven hablando de que estamos en una sociedad progresista, que busca igualdad, justicia social y todas las demás partes bonitas de ese discurso maravilloso que es nuestra colectividad. Ignorando que por sobre todas las cosas, sigue existiendo en nosotros el instinto de autopreservación, y cuando esta "bonita y perfecta" sociedad no brinda los medios suficientes a un grupo desfavorecido para mantenerse, el instinto se manifiesta y empieza a surgir el llamado "comportamiento antisocial".

Claro, obviamente esa clase de gente son unos antisociales porque buscan por sus propios medios lo que nosotros en nuestra perfectísima colectividad fuimos incapaces de asegurarles, tirándolos al abandono sintiendo que son personas que no valen nada para todos los demás ¿Por qué nosotros habríamos de importales a ellos? La sociedad crea a sus propios demonios, y luego solamente busca lavarse las manos diciendo "no es mi culpa" tal y como cualquier crío de 5 años.

Nuestra vida en grupalidad es sólo una ilusión, la civilización sólo se mantendrá en pie mientras una supuesta promesa de prosperidad se mantenga ¿Saben lo que pasará si aquellas imágenes se desaparecieran? Una calamidad, los seres humanos dejándose de jugar a los papeles del buen ciudadano, matándose y comiéndose unos a otros para sustentar sus propias existencias.

Y si eso es así ¿Qué se puede esperar de todo lo demás, que deriva de la misma vida en sociedad que es la más grande de los engaños? Es como si existiera una ley tácita de carácter absoluto diciendo El ser humano en sociedad existe es porque existen las mentiras. O tan sencillo como que el pegamento que mantiene unida a nuestra civilización son las mentiras.

Lo más irónico, quizá hasta cruel, resulta precisamente eso, no sólo nuestras vidas orbitan en torno a los engaños, sino que de hecho los necesitamos. Tan contradictorio como suene, es una realidad, a los seres humanos no les gusta estar en contacto con la realidad, les gusta percibir aquello que sientan que los favorece, un universo alternativo en el que ellos mismos son el centro, de lo que todo depende.

Nos gusta creer en las religiones porque nos aterra la idea de desaparecer una vez fallezcamos.
Nos gusta creer en las "mentiritas blancas" de mami y papi porque nos hacen sentir especiales.
Nos gusta creer en las falacias de nuestros profesores, que defienden el estudio intensivo, el trabajo duro, la sinceridad y el no hacer trampa como la fórmula del éxito, porque nos asegura un supuesto juego justo que en realidad no existe.
Nos gusta creer en los engaños de nuestros jefes, porque nos hacen creer que sólo esforzándonos mucho nos ganaremos un ascenso, una casita más grande y un carro último modelo.
Nos gusta creer incondicionalmente en otra persona, porque nos aterra la idea de estar solos.

De esa manera, se extiende infinitamente la avalancha de mentiras con la que somos bombardeados desde pequeños

¿Y entonces? ¿Cómo se puede esperar sinceridad cuando nuestras vidas, todo lo que creemos giran en torno a falsedades? Es el equivalente a un diabético moribundo pidiendo chucherías en su cumpleaños, buscando autodestrucción.

Así que, deja de llorar, y así como mamá y papá te dijeron que el niño Jesús no existe y tuviste que madurar. Pues sigue madurando y entiende que la vida humana en sociedad está plagada de mentiras, porque así funciona, y porque muy en el fondo quieres tener tu propia percepción de la realidad que te favorezca, lo más lejos posible de un mundo real en el que ni tú ni ningún otro miembro de tu especie son la gran cosa.