En mi casa hay reglas, en tu casa también, en este foro hay normas, entre los amigos hay reglas, entre familiares hay reglas, con tu pareja, con los hijos, en la escuela, la universidad, el lugar de trabajo, la calle, el campo, la ciudad, el país y fuera de él. Vivimos con ellas, y en su aplastante mayoría las necesitamos para evitar que la entropía cósmica nos consuma por completo; pero así como el socialismo bolivariano y el cáncer van de la mano, las excepciones a las normas son las compañeras predilectas, las contradicciones en la misma, y aquellas personas o situaciones que simplemente se las llevan por delante como si simplemente no existieran.
Somos una especia extraña en muchos sentidos –y que no es mi favorita–, pero el comportamiento humano se lleva el primer puesto en la lista de razones, o de hecho, la compone en su totalidad. Y una de las joyitas de la corona, es la capacidad de ser muy poco consistentes a pesar de ser "la especie más inteligente del planeta", nos contradecimos de manera tal que analizarlo puede llegar incluso a hacerse fastidioso, como estudiar bajo un microscopio granitos de arena, uno a la vez, pero basta con exponer de manera selecta alguna de ellas para hacer a una persona perder el juicio.
Algunas de mis favoritas:
"Quiero que seas una persona proactiva, independiente, que no se deje pisar de nadie, que cuestione todo. ¡Pero a mí me haces caso en todo lo que diga porque soy tu papá/mamá!"
"Una persona que descuida completamente su apariencia es una persona que tiene una pobre visión de si misma." <- Esta hace falta explicársela a muchas personas, desde que se inventó la vestimenta se ha usado como símbolo de status, medio de cortejo y para transmitir un mensaje, pero no le quita su naturaleza de un símbolo de estricto carácter social. La persona preocupada en preservar su aspecto, está es cuidando el impacto que el mismo tiene sobre otros, de acuerdo a sus objetivos ¿Ven por qué la afirmación no tiene sentido?
"El señor todopoderoso ama a todos sus hijos por igual, excepto a los homosexuales"
Pero creo que de lejos, mi favorita es nuestra extraña aficción a de cierta manera adorar a quiénes transgreden las normas –especialmente las sociales– y se salen con la suya, a pesar de que seguimos condenando a todo aquel que lo intenta. Algún versado en la materia, probablemente atribuya lo anteriormente mencionado a una expresión de individualidad reprimida, y algún imbécil del new age lo atribuya a las vacunas o a comer carne. La verdad, yo no sé la respuesta (pero al de New Age no le voy a hacer caso).
Lo curioso es que, en el caso aquellas almas intrépidas que les gusta destacarse, suelen caer a un pozo bastante cruel, pasan de estar en un rebaño a un rebaño de ovejas negras. Con bastante tiempo meditando al respecto, he llegado a la conclusión de que las verdaderas excepciones ocurren, no se hacen. Es como cuando compras un aparato electrónico, esperando el manual en inglés y español, pero te llega sólo en árabe; cuando alguien está involucrado en un accidente de tránsito de magnitudes épicas, donde los vehículos quedan hechos trizas, los escrombos vuelan y alguna vieja grita infartada "¡Ave María purísima!", y ocurre que los involucrados en el accidente terminan muertos y deformados de manera espantosa, excepto uno, que sale ileso, sin golpes ni magulladuras e incluso sin haberse enterado del siniestro en cuestión (no, no fue ningún milagro ni obra de un ser divino, saquen sus biblias, rosarios y a sus sacerdotes pederastas de acá antes que ponga un CD de Slayer, recuerden que si escuchan rock se van al infierno).
¿Es bueno o malo el hecho de que una excepción no pueda construirse? En lo personal, creo que es mejor así, porque aunque estar de ese lado "especial" del tablero, de la quinta esquina del cuadrado, pueda sonar tentador para muchos, tampoco es sabroso la mayoría del tiempo. He sospechado que soy de esos cuyo manual vino en árabe, y desde que tengo conciencia de eso no he podido decidir si considerarme afortunado o con mala suerte, pero he aprendido a agarrarle el truco.
¿Y sabes que es lo más triste?, que conozco mucha gente que vive con el sufrimiento de pensar el que dirá la gente y no quieren darse cuenta que viven en un mundo plagado de hipocresía y falsedad. Particularmente, si yo me concentrara en pensar de lo que dicen de mi pararía a loco, de pana, mí se dicen muchas cosas buenas como también se dice muchas cosas mala. Así que "don't worry"
Otra cosa, tampoco me gusta parecerme a nadie. La gente que hace eso simplemente está falto de autoestima. Pregúntate, ¿Por que debo parecerme a otro?, ¿Acaso no me quiero?. Hasta allí se los dejo